poder de la palabra Can Be Fun For Anyone
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Además, nuestras palabras tienen el poder de dar vida o de robarla. En Proverbios 13:3 se nos dice: «El que guarda su boca, guarda su vida; pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre».
No debemos utilizar nuestras palabras para juzgar o condenar a los demás, sino para mostrarles el amor y la gracia de Dios. Debemos recordar que nuestras palabras tienen el poder de sanar las heridas y de restaurar la esperanza en los corazones quebrantados.
Predica sobre el poder transformador de las palabras en las predicaciones cristianas El poder de las palabras en la vida del creyente El poder transformador de las palabras de Dios El cuidado de nuestras palabras hacia los demás La importancia de guardar nuestras palabras La confesión positiva en nuestras vidas La sanidad a través de nuestras palabras Conclusión
La Biblia también nos enseña sobre la importancia de la sabiduría en nuestras palabras. Proverbios fifteen:2 nos dice: «La lengua sabia adorna la sabiduría, pero la boca de los necios derrama necedades». Nuestras palabras deben estar respaldadas por la sabiduría y el discernimiento.
Debemos recordar que nuestras palabras tienen el potencial de traer vida y esperanza a aquellos que nos rodean. Debemos ser portadores de palabras de aliento y consuelo, de palabras que sanen las heridas y restauren la fe.
En la Biblia, se nos enseña que nuestras palabras tienen un gran poder. El libro de Proverbios eighteen:21 nos dice: «La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos». Esto significa que nuestras palabras pueden tener un impacto profundo en la vida de los demás.
Esto crea una brecha entre donde tu mente está y tu realidad, que a través de la repetición te impulsa a la acción para cerrar la brecha entre una y otra.
Por otro lado, las palabras hirientes pueden causar mucho daño. En Proverbios 12:18, se nos advierte que «hay quienes hablan como heridas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina».
Nuestras palabras deben comunicar el amor y la verdad de Dios de una manera que sea comprensible y accesible para aquellos que no conocen a Cristo. Debemos ser capaces de explicar el evangelio de manera clara y convincente, utilizando nuestras palabras para invitar a otros a experimentar la salvación y poder de la palabra la gracia de Dios.
En la Biblia, encontramos numerosas referencias al poder de nuestras palabras. Uno de los aspectos más importantes es la capacidad de las palabras para expresar gratitud y aprecio hacia los demás.
Cuando estas personas ostentan un cargo de responsabilidad, en el ciudadano crean una mezcla de rabia y tristeza e impotencia. Rabia porque el representante público tiene el deber de darle sentido a la comunicación que hace de sus acciones y propuestas.
Esto significa que debemos filtrar nuestras palabras y asegurarnos de que sean edificantes, útiles y llenas de gracia. No debemos usar nuestras palabras para herir o destruir, sino para construir y fortalecer a los demás.
Nuestras palabras pueden cambiar el curso de los eventos, pueden levantar el ánimo de alguien o hundirlo en la tristeza. Por ello, es imprescindible que seamos conscientes de cómo utilizamos nuestras palabras, ya que tendremos que rendir cuentas ante Dios por cada una de ellas.
Nuestras palabras también tienen el poder de sanar y restaurar. Proverbios twelve:18 nos dice: «Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, pero la lengua de los sabios es medicina».